domingo, 12 de julio de 2015

¿QUÉ SIGNIFICA SER PADRE O MADRE DE FAMILIA?






¿Qué mensaje nos da el vídeo sobre el ser padre?

En primer lugar, convertirse en padre o madre significa poner en marcha un proyecto vital educativo que supone un largo proceso que comienza con la transición a la paternidad y maternidad, continúa con las actividades de crianza y socialización de los hijos/as pequeños/as, después con el apoyo de los hijos/as durante la adolescencia, luego con la salida de los/las hijos/as del hogar y termina en un nuevo encuentro con los/las hijos/as a través de sus nietos. En segundo lugar, convertirse en padre y madre significa adentrarse en una intensa implicación emocional y personal derivada de este proceso y, por último, también significa llenar de contenido ese proyecto educativo durante todo el proceso de crianza y educación de los/las hijos/as.
En tercer lugar asumir el rol de la paternidad debe ser cuando tengamos la madurez física y psicológica que implica dicha responsabilidad, osea en la etapa adulta, donde sabemos lo que queremos, estamos realizados, tenemos una profesión, oficio, actividad, etc. y contamos con una adecuada  madurez emocional  que hará posible concretizar nuestro proyecto de vida y familiar.
En este sentido, según Palacios y Rodrigo (2003), cuatro son las funciones básicas que la familia cumple en relación con los hijos/as:
  • Asegurar la supervivencia de los hijos e hijas, su sano crecimiento y su socialización
  • Aportar un clima de afecto y apoyo sin los cuales el desarrollo psicológico sano no resulta posible
  • Facilitar la estimulación que favorezca una relación adecuada con el entorno físico y social
  • Tomar decisiones con respecto otros contextos educativos que van a compartir con la familia la tarea de educación
Principios que deben guiar a padres y madres
  • No hay recetas simples que por sí mismas den lugar a resultados maravillosos 
  • Hace falta dedicar tiempo a la tarea: cantidad de tiempo suficiente y, sobre todo, calidad
  • La estimulación debe adecuarse a las características del niño o la niña: cada niño/a es diferente
  • Los padres y las madres deben percibirse como competentes en la tarea de estimular a sus hijos e hijas.
¿Qué significa ser padre o madre de familia?
¿Cuando es el momento para asumir la responsabilidad de la paternidad?

sábado, 4 de julio de 2015

"PROYECTO DE LA FAMILIA QUE QUISIERA FORMAR"



El proyecto de familia es el diseño de un futuro que se considera optimo y viable para toda la familia.Una manera de pensar ese futuro es elaborar la misión y visión de una familia, que debe partir de un trabajo conjunto de pareja , pues los esposos son los pilares de la familia.


El proyecto de familia es la integración de dos proyectos personales para convertirse en una sola.En este se concentran los lineamientos que  regirán la vida matrimonial y de familia que es el mapa que dirige hacia donde se va y cuando se  está desorientado como volver a encarrilarse. Cuando el proyecto responde a un planteamiento gana, muchas dificultades están resueltas de antemano , pues las reglas del juego están claras y las personas implicadas saben a que atenerse.

Poco antes de que empiece un nuevo año, muchas personas hacen una lista de todo lo que les gustaría tener, pero generalmente no planifican lo que harán para conseguirlo, como si estos logros se obtuvieran de manera mágica con la llegada de enero. Luego, guardan la relación con mucho cuidado hasta el próximo fin de año, y entonces la revisan, si la encuentran, para ver si alcanzaron lo que se habían propuesto.
Cuando se trata de adquirir objetos, esto puede resultar inofensivo, pero ¿qué pasa si hablamos de la familia? La familia no se construye solo con la llegada de los hijos; muy por el contrario, quizás sea el proyecto más importante que como seres humanos debemos construir, pues es a través de ella como principalmente se trasciende en la vida.
Sin embargo, muy pocas personas tienen una visión clara acerca de lo que desean para su familia. La mayoría, a lo sumo, han pensado cuántos hijos pretenden tener, y si se les pregunta un poquito, llegan a la conclusión de que quieren ser felices, darles a sus hijos lo que ellos no tuvieron y ver que sean personas de bien.
Las exigencias de la vida actual hacen que estemos muy “ocupados” y que pasemos mucho tiempo fuera de casa; no obstante, no podemos dejar a las circunstancias el presente y el futuro de nuestra familia.
Recordemos que nosotros no somos eternos y que como padres tenemos la responsabilidad de brindarles a nuestros hijos las herramientas que les permita afrontar la vida. Por eso, es muy importante que contemos con un proyecto de vida familiar en el que precisemos propósitos que involucren a cada uno de los miembros de la familia y propicien el bienestar y el crecimiento personal de todos.
Un proyecto de vida nos brinda las pautas o los caminos para hacer las cosas mejor. Según David Távara, magíster en Asesoramiento Educativo Familiar, cambiar nuestros defectos no nos hace mejores, porque cambiar “lo malo” es nuestro deber, y cumplir con un deber no es ningún mérito; el mérito está en potenciar lo bueno, es decir, en ser mejores.

Primero: contar con una visión compartida
El primer paso es tener claridad sobre el concepto que tenemos acerca de lo que es una familia, el tipo de familia que deseamos, las características que deberían tener la nuestra y las que no quisiéramos que tenga. Asimismo, debemos ser conscientes de cuáles son nuestros valores y principios, los que guiarán la formación de nuestra familia. Necesitamos determinar lo que es verdaderamente importante para nosotros y, en función de ello, establecer a dónde queremos llegar.
Construir una visión para la familia permite señalar un rumbo definido, más allá de las circunstancias. Para ello, un buen ejercicio es que cada miembro de la pareja haga su lista por separado primero y luego las revisen juntos, para establecer las prioridades y encontrar la complementariedad de los intereses personales. Luego, sobre esta base, deben formular su visión de familia, respondiendo a la siguiente pregunta: ¿Cómo quiero que sea mi familia de acá a diez años?
Aun cuando esta visión puede plantear un ideal, debe ser realista y respetar las características de la familia. No se trata de cambiar a nadie, sino de llegar a ser mejores.
Segundo: establecer metas
Con base en la visión, se establecen metas a corto, mediano y largo plazo, las cuales nos permitirán alcanzar ese ideal.
Los especialistas recomiendan emplear el sistema “Plan 125”, es decir, establecer metas a uno, dos y cinco años. Ello permitirá ir evaluando periódicamente los avances y resultados, y realizar los ajustes que sean necesarios para ir avanzando en el camino que nos hemos trazado.
Por esto, las metas deben describirse de tal manera que podamos medir su nivel de logro. Además, deben ser compartidas por todos los miembros de la familia, para que orienten sus esfuerzos a conseguirlas y se apoyen mutuamente en la consecución de las metas personales.
Las metas pueden estar referidas a uno o varios aspectos, como la creación de un negocio familiar, la adquisición de una propiedad, el fortalecimiento de las relaciones familiares, el desarrollo personal o profesional de cada miembro de la familia; o implicar los diferentes roles, por ejemplo cómo quiero ser como padre, hermano, hijo, etc.
Quizás no deseemos omitir ningún aspecto o trabajar varios en paralelo; lo importante es saber priorizar y enfocarnos en nuestras prioridades actuales hasta que se puedan incluir otras.
En este sentido, es recomendable seleccionar las metas que sean más importantes, porque estas serán la base para otras. Si sabemos que nos cuesta mucho asumir responsabilidades, empecemos con las que se nos hacen más fáciles, porque así vamos generando el hábito y nos sentiremos más animados a seguir adelante.
Tercero: plantear estrategias
Es tener claridad sobre lo que debemos hacer para alcanzar las metas propuestas, es decir, cómo lo vamos a conseguir, quién va a ser qué, cuándo y cómo, qué valores necesitamos poner en práctica, qué hábitos debemos generar, qué habilidades necesitamos desarrollar, etc.
Lo que se consiga en el futuro dependerá en gran medida de lo que se haga en el presente. En ese sentido, cada miembro de la familia debe responder a la pregunta: “¿A qué me comprometo yo?”. Así, cada uno se hará corresponsable de los éxitos o fracasos.
En este momento, no solo es importante reconocer con qué contamos, o sea, cuáles son nuestras fortalezas, las que nos van a facilitar la consecución de nuestras metas, con la finalidad de potenciarlas, sino que también es importante prever las dificultades que podrían interferir en este proceso de mejora, con la finalidad de estar preparados para minimizarlas.
Cuarto: evaluación periódica
También debemos plantearnos los momentos en que iremos evaluando nuestros avances y celebrar los logros.
Si al evaluar nos damos cuenta de que no estamos avanzando como pensábamos, entonces debemos reajustar nuestras estrategias o reorientar nuestros esfuerzos. Esto nos permitirá no perder de vista nuestras metas y mantenernos en la línea trazada.
Pero si encontramos que estamos por buen camino, hay que celebrarlo. Esto mantendrá la motivación en los propósitos planteados.
“Cuando no tenemos claridad de a dónde vamos, podemos llegar a donde no queremos”


¿Qué es un Proyecto de Familia?
¿Cómo construir un proyecto de vida familiar?
¿Por qué es importante que contemos con un proyecto de vida para nuestra familia?